Esta semana pasada tuve que entregar una nueva aguja para mi mecenas. En realidad era una fíbula, que queda mucho más fino y me parece que suena a algo más preciado (y nos aleja de la palabra imperdible, que viene a ser lo mismo).
Creo que ya he comentado en más de una ocasión que soy muy indecisa, me cuesta optar por una sola opción, así que no puede evitar hacer dos fíbulas para que Sun escogiese.
Como la destinataria en cuestión es una artista de los pies a la cabeza, elegimos la más original, pero Sun quiso quedarse la otra también para regalársela este verano a la última componente de la cuadrilla. Si, si, cuatro fíbulas con Cornalina incluida (en realidad son cinco, porque Lina tendrá dos). Ya le he suplicado que no me pida más... que intentar hacer algo original y que pese poco con esta piedra me ha costado mucho!.
Aquí está el resultado.
¿Que os parece? La propietaria parece satisfecha. La otra pieza ya la enseñare más adelante, que si no no será sorpresa.
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